La historia del Día de la Madre en la Argentina se remonta a 1931 y está vinculada a cuestiones religiosas ligadas a la fe católica.
En aquel entonces, el papa Pío XI estableció el 11 de octubre como el día de la “Divina Maternidad de María” en recuerdo al Concilio de Éfeso, celebrado en Éfeso, antiguo pueblo griego de la actual Turquía, entre el 22 de junio y el 16 de julio del año 431, donde se reconoció a la Virgen María como la verdadera madre de Jesucristo.
“Si alguno no confesare que el Emmanuel (Cristo) es verdaderamente Dios, y que por tanto, la Santísima Virgen es Madre de Dios, porque parió según la carne al Verbo de Dios hecho carne, sea anatema”, fueron las palabras del papa San Clementino I (422-432) en el Concilio de Éfeso.
Tras este acontecimiento, el gobierno del presidente Félix Uriburu (1930-1932) impulsó está acto de la iglesia católica para que el Día de la Madre en Argentina se festeje después de cada 11 de octubre. Más adelante, la tradición pasó a festejarse de forma continúa cada tercer domingo del mes de octubre.