El origen de esta efeméride se instala en el Congreso de la Nación Argentina que instituye en 1998 por Ley 25003 la celebración de este día en memoria de Lola Mora, la primera escultora argentina.
Dolores Candelaria Mora Vega de Hernández, más conocida como Lola Mora fue una importante pintora y escultora argentina de depurado estilo, aún hoy -para mi- no reconocida en su enorme talento! Desde los 20 años pudo estudiar bellas artes en Tucumán y continuarlos en Roma donde tuvo como principal maestro a Giulio Monteverde. Entre sus obras más importantes figuran la “Fuente Monumental de las Nereidas” (1903), los “Bajorrelieves de la Casa de la Independencia” (1900), Estatua de "La Libertad" en Plaza Independencia, “Monumento a Juan Bautista Alberdi” en Plaza Alberdi, todas obras en San Miguel de Tucumán. También, un grupo de estatuas de Lola Mora flanquean el Pasaje peatonal Juramento en el Monumento Nacional a la Bandera en la ciudad de Rosario. Lola Mora resumió su existencia en esta frase: “En mi vida cometí tres errores: nacer mujer, hacerme escultora y ser demasiado avanzada para mi época”. Lola Mora representa un emblema para la cultura local y la historia de las mujeres.
Motivo por el cual, el Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori y el Museo de Escultura Luis Perlotti en un día como hoy, se unen para rendir homenaje a los artistas argentinos.
El artista bregó por preservar el prestigio de su profesión, tanto como la manera misma de ejercerla. Fue un artista admirado que supo canalizar su capacidad con un rigor tan estricto como el que puso para organizar sociedades y certámenes.
Al comienzo sus obras revelaron un respeto rígido a las normas pictóricas tradicionales. Paulatinamente, el estilo se fue liberando, apareció la tentación del aire libre y una imagen de la pampa, rica y transparente casi abstracta, realizando un giro no solo en su temática sino en su factura.
La imagen entrañable que nos queda de Eduardo Sívori nos lo muestra vistiendo corbata voladora y chambergo de amplias alas que identificaba al artista de la época. Sivori tuvo las características del hombre que su propia generación erigió como conductor y que las futuras toman como ejemplo. Su influencia y renombre fueron armas que usó para abrir y allanar camino a los que se iniciaban. Fue amigo de los jóvenes y protector de los que comenzaban la ruda lucha por sus convicciones.