En este caso, es importante ser coherentes con lo que se piensa y enseñar a los hijos el significado que la Navidad tiene para ellos centrando la atención en la celebración de la llegada de Jesús. Alrededor de este sentido gira la celebración, comidas, regalos, y todo ello por un motivo concreto que debe estar presente y no hay que olvidar.
Para otras familias, la Navidad es un momento de magia, ilusión y oportunidad de estar en familia. Esta oportunidad debe vivirse y resaltarse como lo prioritario y que los hijos aprendan a vivir la Navidad dando protagonismo a la esencia de la familia, a compartir y vivir momentos y a desarrollar la ilusión de querer compartirlos.
Tanto en un caso como en el otro, la base común es la celebración. La causa de esa celebración es diferente, pero en ambos casos se celebra algo.
En los dos tipos existe un punto en común, los regalos. Es verdad que para los niños es una gran ilusión y, por lo tanto, resulta un momento especial, al que se le da mucha importancia, pero reducir la Navidad a los regalos es limitar al niño de la oportunidad de desarrollar valores que le van a enriquecer como persona y le van a dar una felicidad mucho más intensa que la inmediatez de los regalos.
Famailla hoy les desea una maravillosa noche buena y una bendecida navidad.