
Se nos fue Chapu, en la víspera de Semana Santa. Un golpe duro para todos en Tucumán. No era un político importante, ni un famoso, pero para nosotros era un amigo, un vecino, alguien que siempre estaba ahí.
Lo veíamos por todos lados. En las maratones, corriendo con esa energía que lo caracterizaba. En los eventos, cuidando que todo saliera bien. Ayudando en los municipios, siempre dispuesto a dar una mano. Con frío o calor él seguía trabajando, ayudando a quien lo necesitara. Era una buena persona, de esas que ya casi no quedan.
Gobernador, Vice, legisladores, intendentes, comisionados… todos lo conocían, todos lo querían. Pero más allá de los cargos importantes, era el amigo del vecino del barrio, el que te ayudaba a cargar las compras, el que siempre tenía una sonrisa y una palabra amable.
Su muerte, un accidente, nos recuerda lo frágil que es la vida. Nos deja con una tristeza enorme, pero también con el recuerdo de un gran tipo, un amigo de verdad.
Chapu, aunque ya no estés con nosotros, tu recuerdo va a quedar en cada rincón de Tucumán. En cada sonrisa, en cada acto de solidaridad, en cada buena acción. Gracias por todo, amigo.